lunes, 5 de junio de 2017

La literatura rusa de Ana Ajmátova


Es una escritora Rusa que durante sus años de vida pasó por dos revoluciones, dos guerras mundiales, una guerra civil, la dictadura stalinista y en sus últimos años una guerra fría interminable. Junto con muchos otros escritor@s formó parte de la edad de plata de la literatura rusa. Su obra poética se puede dividir en tres fases:
Un ciclo poético que va desde 1912 a 1922 en esta fase escribe obras realistas sobre la   población rusa así como una serie de poemas de gran trascendencia.
Desde 1922 a 1949 vive una época de silencio ante la situación de Rusia que se rompe en 1935 con la creación del requiem en el que se lamenta de la situación de Rusia y de la imágen de la muerte.
El ciclo poético que va desde 1940 a 1965 destaca por su madurez poética que culmina en el poema sin héroe. Publica tambien obras como el corredor de el tiempo o el trianon ruso.

El 5 de marzo de 1966 muere de un infarto en un hospital a las afueras de Moscú.
Su obra es tan trancendental que se ha traducido a más de 50 idiomas.
Ahora comentaré un fragmento de uno de sus poemas que leímos en clase:

Hay en la intimidad un límite sagrado
Que trasponer no puede aún la pasión más loca 
 Siquiera si el amor el corazón desgarra
Y en medio de el silencio se funden nuestras bocas

La amistad nada puede, nada pueden los años
De vuelos elevados, de llameante dicha
Cuando es el alma libre y no la vence 
La dulce languidez del goze y la lascivia.

Pretenden alcanzarlo mentes enajenadas,
Y a quienes los traspone los colma la tristeza.
¿Comprendes tu ahora porqué mi corazón 
No late a ritmo debajo de tu diestra?

En el poema Ajmátova nos dice que todos los paraísos y el propio amor tiene un cierto límite que si no se respeta se rompe. En el amor si no se respeta una "línea" y un espacio propio como la identidad de la persona amada todo se desgarra y acaba desmoronándose. En el primer párrafo la autora deja bien claro que el espacio propio de esa persona esta por encima de la pasión y el amor más fuerte. En las siguientes líneas nos dice que ni siquiera la amistad más profunda está por encima de esa privacidad y que alguien es libre cuando no se deja llevar por el disfrute "físico". 
Quienes intentan pasar ese límite de privacidad acaban en disputa con la otra persona y en vez de adquirir felicidad consiguen tristeza. Acaba con una frase interrogativa que deja claro que un ser no es un objeto y que es imposible tener el corazón de alguien completamente "dominado" pues es al final esa persona la que decide lo que quiere o no y no otro.


Retrato hecho por Modigliani a Ana Ajmátova.


Requiem de Ana ajmátova.

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